¡Desde luego! Es posible, y debe fomentarse el aprendizaje desde el disfrute: si uno aprende mientras se divierte, los conocimientos se quedan fijados de una forma más natural, sin sentir que se hace un esfuerzo extra.
En mis sesiones intento usar recursos extra-musicales, adaptados a las edades e intereses de cada niño. A continuación recojo algunos ejemplos para hacer las prácticas diarias y las clases más amenas. Usando juguetes, dibujos, y otros materiales que seguro que hay por casa y tirando de creatividad e imaginación, ¡se logran "escenarios" estupendos para que el rato de hacer música sea entretenido!
No es un juego gratuito, todo está pensado y enfocado a las necesidades del alumno que tengo en ese instante. Está reflexionado y requiere que se prepare con cierta antelación. Hace falta planificación, conocer el gusto del niño, sus afinidades personales, su nivel musical, qué pretendo conseguir a través del trabajo de ese día... etc. Hay muchos factores que influirán en la confección de esos "escenarios".
Lo primero que tenemos que saber es que, para que el tiempo de práctica discurra plácidamente, es conveniente tener un plan trazado.
Nosotros, como adultos, debemos tener una idea clara de la estructura de la sesión.
Conviene hacer algo de "técnica" y algo de "música" propiamente dicha. Y dentro de las piezas musicales hay que distinguir entre las que son nuevas (repertorio nuevo, melodías u obras que no han sido estudiadas con anterioridad) y las que son "antiguas" o "de repaso" (donde se busca perfeccionar algún aspecto).
Con esto dicho, lo siguiente es ser consciente de que la capacidad de mantener la atención de los niños varía según edad, género y carácter (en los más jóvenes diría que no son capaces de aguantar más allá de 30 segundos, a priori. La atención así como la concentración se pueden entrenar, y por "jóvenes" me refiero a los casi bebés de 3 años que empiezan a tener clases de música). Así que los ejercicios que vayamos proponiendo han de estar ajustados a esos rasgos individuales, y al nivel que tienen.
Para ir avanzando en las prácticas yo uso muchas veces las piezas de Lego Duplo:
Preparo una especie de escalera que conduce hacia una cajita o una puerta/ventana. Ahí he colocado un premio sorpresa (puede ser una pegatina, un caramelo, una goma de borrar original, un rotulador especial, un sobre de cromos, un cochecito, una figura de papel...). Pongo tantos escalones como ejercicios quiero ir haciendo y por cada uno de ellos, un muñeco (un personaje, un animal) sube un escalón, acercándose al premio final.
Otra opción es un recorrido, no tiene porqué ser en sentido ascendente. Y otras veces, he añadido un tobogán después del último escalón y he colocado el regalo en un coche.
Otras maneras que he encontrado para mantener el interés de los niños son:
- con pegatinas (la cesta de la compra, el cuerpo humano, dinosaurios, superhéroes...)
- con sellos infantiles (los hay con letras, de temática navideña, con mensajes de ánimo, con animales...)
- dibujos de conectar los puntos y ver al final qué figura hay.
- últimamente están de moda unos juguetes llamados "Super Zings" (en su edición más reciente, se llaman "Super Things"), también los he usado en alguna ocasión y funciona muy bien.
- los Pokemon metiéndose en un bola (este ha sido uno de los últimos juegos que he usado, ¡y la práctica se hizo muy amena! nos lo pasamos alternando "trabajo" serio con ratito de juego)
Por cada ejercicio hecho y superado, ponemos una pegatina, un sello, conectamos dos puntos, apilamos una cajita (a ver hasta cuántas podemos apilar sin que se nos caiga la torre)...
Puede parecer que todos estos "accesorios" rompen la continuidad de las prácticas o clases, pero no. Si se integran de manera natural y no permitimos que se entretengan demasiado, son unos recursos de gran valor pedagógico, muy útiles para nuestro día a día.
De vez en cuando, preparar una práctica diferente de lo que hacemos habitualmente aporta un extra de emoción: - poner peluches u otros muñecos haciendo de público.
- tocar en una estancia diferente a la habitual, o en una habitación cada pieza.
- tocar a oscuras las piezas de repaso.
Si alguna sesión he querido dejar el orden de los ejercicios a realizar al azar, he preparado juegos como los siguientes:
- "El mundo de los dinosaurios". En uno de ellos, las tarjetas con dibujos están vueltas de manera que no se ve qué ejercicio hay por cada dinosaurio. El niño va eligiendo y las vamos descubriendo juntos.
En el otro, los dinosaurios llevan un "mensaje". Este no es otra cosa que el ejercicio, pieza o juego que quiere que hagamos.
- "Superhéroes". Muy parecido al anterior pero con los superhéroes que tanto gustan a los peques. Nosotros además tenemos algunos disfraces sencillos (con capa y máscara). Alguna vez se puede añadir como atrezzo y hacer la sesión más divertida aún.
- Huevos sorpresa. Dentro de ellos tengo mensajes o dibujos para indicar la tarea que toca hacer. Tal vez uno de esos huevos sorpresa contenga un regalito especial :)
- Palos de polos con un texto escrito (el texto indica qué escala, ejercicio, pieza hay que hacer).
- Bolsa, caja o recipiente de donde extraer la tarea a realizar (escala, articulación, pieza de repaso, ejercicio de preparación, pieza nueva...)
Es importante la presentación. Cuanto más atractivo sea, más fácil es conseguir que los niños participen en el juego.
Más aleatorio todavía son los siguientes juegos que tengo preparados, y que uso ocasionalmente:
- Juego del "comecocos" en papel
- Juego de la escalera
- Juego de la oca, versión música
- Usar dados para determinar cuántas veces hacer algún ejercicio.
- Usar alguna APP como "Tiny Decisions" para que el azar decida qué pieza tocar ensayar.
Espero que os haya gustado el post. Si queréis aportar vuestro granito de arena, podéis compartir algún truco o idea que os funcione con vuestros peques.
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