Fue una personalidad incomprendida. Precisamente, esa genialidad le hizo ser tan "atrevido" y "avanzado" en su lenguaje musical, que quedó plasmado en sus composiciones.
Entre las piezas más famosas está la melodía principal del cuarto movimiento de su novena sinfonía: la archiconocida "Oda a la alegría" o "Himno de la alegría". Con unas pocas lecciones y mucho entusiasmo, es posible tocarla, en una versión simplificada.
También es muy popular el tercer movimiento del septeto para cuerdas y vientos op. 20 (que se usó como sintonía de unos dibujos animados de la TV: "Érase una vez... el hombre"). Esta melodía en realidad fue compuesta originalmente para piano
(forma parte de la sonata op. 49 nº 2) y en su versión original sería posible tocarla por un alumno de tercer o cuarto año.
Entre el repertorio más complejo de Beethoven (de piano y violín), contamos con sus 5 conciertos para piano y orquesta y su único (pero magnífico) concierto para violín y orquesta.
Comments